Si quieres volver a ligar, cómete a tus hijos: canibalismo filial entre peces

Nos sumergimos en el agua. Estamos en la costa oeste del Océano Pacífico, cerca de las costas de Japón, junto a un arrecife. Las aguas son poco profundas y las olas rompen contra el arrecife meciéndonos de un lado para otro. Ahí, entre las aguas expuestas al oleaje encontramos a los peces que andamos buscando, resguardados en los orificios de las rocas, donde guardan sus nidos. Y ahí, en uno de ellos encontramos a un macho devorando todos sus huevos. Sí, en esta especie los machos a veces hacen esto. Como sucede en otros blénidos, nuestro pez ha desarrollado una estrategia reproductiva que implica la cura parental, y al igual que en otros peces, son los machos los que se encargan de proteger los huevos en los nidos hasta que eclosionen. Por regla general son padres entregados a su función de protección, sin embargo en ocasiones estos padres en lugar de cuidar de su progenie se dedica a comérselos. A todos ellos. No deja ni uno sólo. Es el fenómeno que se conoce como canibalismo filial.

No es ni mucho menos la única especie que practica dicho canibalismo filial, de hecho el reino animal contiene un buen número de ejemplos de dicho comportamiento. En la mayoría de casos, el canibalismo filial no es total sino parcial, es decir, el padre no se come todos los huevos, sólo una parte de los mismos. Este comportamiento se ha considerado como un mecanismo o estrategia que permite a los machos sobrevivir y cuidar así de los huevos restantes. La cura parental siempre se ha considerado una estrategia costosa, sin duda, fertilizar los huevos y dejarlos a su suerte es mucho menos costoso que cuidar de ellos. Los progenitores que deciden no cuidar sus huevos pueden inmediatamente después de la fertilización buscar nuevas parejas o buscar comida con la que alimentarse. Por contra, los machos con cura parental no pueden abandonar el nido con los huevos, de manera que durante todo ese tiempo no puede ni alimentarse ni reproducirse de nuevo. Las ventajas: asegurarse que los huevos eclosionan y que no son depredados por otras especies.

En España, el blenio de río (Salaria fluviatilis) también practica el canibalismo filial parcial consumiendo algunos de los huevos de su propia puesta. Con ello el macho compensa la pérdida de condición física y aumenta así las posibilidades de completar el ciclo de cuidado parental. La supervivencia del macho es algo vital en estas especies, sin él, las puestas no sobreviven, de manera que consumir una parte de puesta siempre se ha considerado una estrategia adaptativa.

¿Cómo puede explicarse que un macho consuma a toda su futura progenie?

Pero, ¿y el canibalismo filial total? ¿Cómo puede explicarse que un macho consuma a toda su futura progenie? ¿Por qué harán estos blénidos del Pacífico una cosa así? Volvamos al pez que buscábamos al principio. Se trata de la especie Rhabdoblennius nitidus (Fig 1). A diferencia de las especies que practican un canibalismo filial parcial, cuya ventajas parecen evidentes e instantáneas garantizando el buen desarrollo de los huevos que quedan, las especies con canibalismo filial total no parecen obtener un beneficio inmediato. La única manera de mejorar sus beneficios es confiar en una reproducción futura de mayor éxito. Su estrategia es la de borrar su anterior reproducción y esperar un mayor éxito reproductivo, para ello ha tenido que valorar los costes de la cura parental y el potencial beneficio de la reproducción. Si el saldo le sale negativo, se los come, se zampa todos sus huevos haciendo borrón y cuenta nueva.

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Fig. 1. Ejemplar de Rhabdoblennius nitidus fotografiado por Toshiyuki Suzuki. Foto original en esta página.

De hecho, en la especie de la que hablamos, los estudios concluyen que los machos eliminan todos sus huevos cuando la puesta obtenida con una hembra contiene menos de 1000 huevos. Al parecer, este número de huevos les resulta bajo para el coste que supone el sacrificio de montar guardia junto al nido durante días. Así que se los come y acto seguido busca atraer a una nueva hembra con la que volverse a reproducir.

¿No podría sin embargo simplemente ignorar los huevos? Dejarlos ahí mientras mira de atraer a otra hembra y luego cuidar de todos ellos. ¿No sería eso beneficioso desde el punto de vista reproductivo? Uno podría pensar que así obtendría una mayor descendencia, pero por alguna razón no hacen esto, sino que eliminan su primera puesta antes de ir en busca de una segunda.

Comerse a la progenie para reinvertir los niveles de testosterona

¿Hacen esto para recuperar la energía invertida en la puesta? ¿Eliminan toda la puesta por cuestiones alimentarias? Pues parece ser que no, el equipo investigador de la Universidad de Nagasaki, parece acabar de encontrar la razón por la cual tiene lugar el canibalismo filial total. El misterio parece estar relacionado con las hormonas de los individuos. Concretamente con los andróginos. Han podido comprobar mediante una serie de experimentos, como en el momento que un macho obtiene una puesta en su nido, sus niveles de andróginos caen en picado. Han visto como la testosterona y la 11-Cetotestosterona se reducen considerablemente cuando hay huevos presentes. Sorprendentemente, al remover los huevos del nido, los niveles de andróginos vuelven a subir a los niveles anteriores (Fig. 2). Parece ser que, por alguno razón hasta el momento desconocida, ante la presencia de huevos el cuerpo del macho deja de segregar andróginos. De alguna manera la fisiología del macho se ve alterada durante el periodo que dura la cura parental. De hecho, no es un caso único, la caída de testosterona durante los periodos de cura parental se dá en otras especies. Sin ir más lejos la nuestra. Sí, los humanos varones también ven reducidos sus niveles de testosterona, tanto durante el embarazo de su pareja como durante los primeros años. Se ha argumentando que puede ser una adaptación evolutiva para reducir la agresividad de los machos y con ello evitar agredir a su pareja y a sus hijos. Puede que así sea, pero en el caso del pez del que hablábamos la reducción de testosterona en lugar de evitar su agresión puede dar lugar a que acabe devorando a toda su progenie.

canibalismo filial
Fig. 2. Esquema que representa la evolución de los ciclos de testosterona en los machos, cayendo cuando la hembra deja la puesta en su nido y permaneciendo  bajos hasta que los huevos explosionan acabando así su fase de cura parental, recuperando sus niveles altos de testosterona y volver a buscar una pareja. Con el canibalismo filial total los machos consiguen eliminar la puesta reduciendo así la fase de cura parental y recuperando los niveles de testosterona que les permitirá volver a reproducirse para conseguir una puesta más numerosa.  

Con los niveles de andróginos bajos los machos no son capaces de atraer a nuevas hembras. Requieren de un buen nivel de testosterona para desplegar sus encantos ante ellas, sin embargo la presencia de huevos en el nido, no se sabe cómo, parece inhibir la secreción de testosterona. Así que aquí tenemos a nuestro macho ante una encrucijada. Por un lado tiene en su nido-cueva una puesta pequeña que no le satisface, se la mira pero no acaba de ver que el coste que le supondrá cuidar a ella le constituya beneficio alguno, así que está pensando en buscar una nueva hembra y con ella una posible puesta mayor que la que tiene. Sin embargo para salir a buscar a la hembra que ha de proporcionarle una mejor puesta debe recuperar sus niveles de testosterona. La hormona que le permitirá una vez más comportarse como un “machito” y resultar atractivo a las hembras. Pero ello no sucederá mientras tenga huevos en su nido, su presencia inhibe la secreción de testosteronas, así, que el macho no parece tener otra alternativa que la de comerse cada uno de sus huevos para así poder reconstituir sus niveles de hormonas masculinas.

Su canibalismo no tiene funciones nutricionales como en otros casos, hasta ahora el canibalismo filial siempre había considerado desde un punto energético, pero los estudios con esta especie le confieren otra función, que no es otra que la de modificar su endocrinología para poder seguir reproduciéndose. El canibalismo parece haber evolucionado en esta especie para poder romper los ciclos endocrinos generados por la cura parental. Falta por resolver el porqué de la existencia de estos ciclos, cuál es la razón por la cual en presencia de huevos los machos ven reducidos tan drásticamente sus niveles de testosterona. ¿Será para reducir su agresividad y mejorar así su cura parental? ¿No podría ser el macho un buen padre sin sufrir estos cambios hormonales? De ser así, resultaría irónico que para volver a recuperar su capacidad reproductiva y mayor agresividad, tuviese que comportarse de una manera tan violenta con su progenie. En lugar de abandonarla y darles alguna posibilidad, la tiranía endocrina no le deja otra salida que la del trágico canibalismo filial.

 


Lecturas complementarias:

Fabre N, García-Galea E, Vinyoles D. 2014. Parents’ presence affects embryos’ development in Salaria fluviatilis (Asso, 1801), a fish with parental care. Animal Biology 64:295–309

Klug H, Bonsall MB. 2007. When to care for, abandon, or eat your offspring: the evolution of parental care and filial cannibalism. American Naturalist 170:886–901

Lehman S. 2014. Fathers-to-be may have hormonal changes too. Scientific American

Manica A. 2002. Filial cannibalism in teleofish. Biological Review. Cambridge Phisiological Society 77:261–277

Matsumoto Y, Tateishi T, Terada R, Soyano K, Takegaki T. 2018. Filial cannibalism by male fish as an infanticide to restart courtship by self-regulating androgen levels. Current Biology: https://doi.org/10.1016/j.cub.2018.06.056

Rodgers CM, Neff BD, Knapp R. 2013. Androgen-mediated nurturing and aggressive behaviors during paternal care in bluegill sunfish (Lepomis macrochirus). Hormonal Behaviour 63:454–461

Sargent RC. 1992. Ecology of filial cannibalism in fish: theoretical perspectives. In Cannibalism: Ecology and Evolution among Diverse Taxa. Elgar MA, Crespi BJ, eds. Oxford University Press, pp. 38–62

Traidor BC, Marler CA. 2001. Testosterone, paternal behavior, and aggression in the monogamous California mouse (Peromyscus californicus). Hormonal Behaviour 40:32–42

 

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