Los humanos cruzaron el estrecho de Gibraltar hace 4.000 años

El año 711 fue decisivo en la historia de la península ibérica. Las tropas norteafricanas de Tariq Ibn Ziyad desembarcaron junto al promontorio que los romanos nombraban Mons Calpe, esto es, Gibraltar. Los fenicios pusieron en las columnas de Hércules el límite del mundo conocido. El peñón de Gibraltar era una de las columnas, el Mons Abyla, era el pilar del lado africano del estrecho. A su falda, desde Ceuta, partió el ejercito arabo-beréber de Tariq compuesto por 12.000 hombres. 

Su desembarco en la bahía de Algeciras inauguró un nuevo período histórico. La invasión musulmana en la península ibérica determina el fin de la Edad Antigua y el inicio de la Edad Media. Completaron la conquista del reino visigodo en quince años, del 711 al 726, consolidando lo que llamaron al-Andalus. Un período que se extendería en el tiempo hasta finales del siglo XV.

Tras ocho siglos, en 1492, la reina Isabel la Católica y su esposo Fernando, ordenaron la expulsión de los judíos de España. En 1496 el rey Manuel I de Portugal hacía lo mismo en sus territorios. Más tarde, en el año 1609, los musulmanes fueron obligados a abandonar la península por el rey Felipe III. Hace siglos que unos y otros fueron expulsados de la península ibérica, y sin embargo su huella sigue presente. Y cuando digo huella, no me refiero a sus restos arquitectónicos, como moldearon el paisaje, su sistema de cultivos, o sus múltiples aportaciones a nuestras lenguas, sino a otro tipo de huella: la genética.

La mayor diversidad de ADN africano está la península ibérica

Un estudio publicado años atrás encontró que uno de cada tres habitantes tenemos trazas de ADN de los judíos y musulmanes que se vieron obligados a abandonar la península. Las proporciones eran nuevas, y algunos detalles también, pero la presencia de material genético de origen africano entre los ciudadanos del sur de Europa ya era conocida.

De hecho, todos los pobladores modernos de Europa tenemos en mayor o menor medida estas trazas genéticas de África. La distribución de las variedades africanas no es homogénea en las poblaciones europeas, sigue un gradiente que dibuja una diagonal que cruza todo el continente de sudoeste a noreste. La mayor diversidad de ADN africano está en la península ibérica (Fig. 1).

Desde que la genética de poblaciones permitió dibujar este patrón, se ha considerado al episodio que arrancó con el desembarco de Tariq, como el periodo principal de mezcla de genes desde el norte de África a Europa. Que las poblaciones ibéricas compartan variedades genéticas con los Saharawis, los beréberes tunecinos y los marroquíes del sur, parecen confirmar la importancia de la expansión medieval. Ochocientos años de convivencia en la península deben haber quedado reflejados de alguna manera en la genética de los pobladores modernos.

Mapa con la distribución de los haplotipos europeos y sus orígenes, subsaharianos, de oriente medio y del norte de África, Magreb
Fig. 1. Distribución de haplotipos europeos según su origen. Obsérvese que la península concentra el mayor número de haplotipos subsaharianos y norteafricanos. Original de Botigué et al. 2013. PNAS 110:11791–11796

Pero no todos los resultados coinciden con esa lectura. Se ha discutido mucho si el patrón de diversidad de ADN africano en Europa es fruto de migraciones africanas hacia Europa en tiempos prehistóricos o en tiempos históricos más recientes. Los análisis llevados a cabo con ADN mitocondrial (el material genético que sólo se hereda por vía materna), sitúan el momento del cruce entre europeos y africanos bastante más atrás en el tiempo que la invasión arabo-beréber del 711.

Existe en Asturias un haplotipo con una frecuencia sorprendentemente alta en comparación con el resto de Europa. Un haplotipo no es más que una variación de todas las posibles del ADN mitocondrial existentes en las poblaciones humanas. La variación identificada en Asturias es originaria del África subsahariana occidental. Se estima que la llegada de esta variación a la península ibérica tuvo lugar entre 10.000 y 8.000 años atrás.

La ruta propuesta para estas migraciones, desde África al suroeste europeo, no es otra que la de las columnas de Hércules. Como hizo Tariq y su ejército en el 711. La historia y la ciencia no hacen más que confirmar que la humanidad ha usado, y usa, el estrecho como puente entre ambos continentes (Fig. 2). 

La huella genética de origen africano tiene su origen en el Neolítico

La ruta ha sido siempre en ambas direcciones. El año pasado, en 2018, aparecían publicados tres artículos en los que se confirmaba que algunos restos neolíticos encontrados en Marruecos habían tenido contacto con poblaciones de Oriente Medio y Europa 5.000 años atrás. La revolución neolítica, al parecer, llegó a esa región por dos lados diferentes.Pero si bien los estudios de ADN antiguo llevados hasta la fecha, consideraban que hubo migración de la península ibérica al Magreb, pero no al revés, un nuevo estudio demuestra que la otra ruta también tuvo lugar hace 4.000 años.

Estrecho de Gibraltar. Los humanos cruzaron el estrecho hace 4000 años de África a Europa, España. Se ha detectado la huella genética de ese evento.
Fig. 2. Vista aérea del estrecho de Gibraltar donde se aprecian las dos columnas de Hércules: el peñón de Gibraltar (Mons Calpe) en primer plano, y el Mons Abyla en el lado africano.

Analizando la genética de los 17 individuos encontrados en cuatro yacimientos ibéricos prehistóricos, los autores han apreciado que uno de ellos presenta una secuencia mitocondrial de origen subsahariano. Se trata de un resto que 3.600 años atrás habitó el sur de España. La explicación más lógica es la migración de individuos desde África a la península Ibérica. De hecho su ADN nuclear no tiene trazas de origen africano, sólo el material genético heredado por vía materna.

Sin embargo, otros individuos estudiados sí que presentan variedades de origen africano en su ADN nuclear. Se trata de individuos encontrados en la costa mediterránea y en la meseta. Los resultados genéticos coinciden con los restos arqueológicos registrados hasta el momento. Las herramientas y la decoración de las cerámicas neolíticas son muy similares en las costas del sur de España y el norte de África, sugiriendo un mismo origen o flujo cultural entre ambas regiones. 

Considerando los datos genéticos y los restos arqueológicos puede concluirse que al menos hubo un episodio de migración desde África a Europa durante el Neolítico Medio. El nuevo trabajo apoya la hipótesis de aquellos científicos que consideran que el norte de África contribuyó al Neolítico en el sur de la península. Una visión que no comparten otros estudios que consideran que los primeros agricultores que llegaron a la península fueron únicamente los pastores de las estepas Pónticas en la actual Anatolia. Niegan así otras posibles entradas procedentes del norte de África o de la Europa continental. Algunos datos abalan esta interpretación, pero el nuevo trabajo vuelve a cuestionar el rol de las migraciones desde África durante el Neolítico penínsular. 

Aunque no se ha podido determinar cuándo tuvo lugar la migración desde el Magreb, si se sabe que debió suceder, como mínimo, unos 4.000 años atrás. Una migración que, al parecer, no alcanzó a las poblaciones del noroeste atlántico de la península. 

Lo más factible es que poblaciones subsaharianas se mezclasen con poblaciones del norte de África, y esos individuos posteriormente cruzasen el Mediterráneo hasta Europa. Los autores esbozan una península con dos grupos diferenciados de cazadores-recolectores. Uno se distribuía por el noroeste, el otro por el sur y levante, teniendo este grupo una mayor similitud genética al de los cazadores-recolectores subsaharianos. Todos los datos apuntan a que las montañas Cantábricas y la Meseta ejercieron como barrera reduciendo el contacto entre las poblaciones del Atlántico y del Mediterráneo. 

Para comprobar si la hipótesis es correcta será necesario conseguir muestras genéticas de los cazadores-recolectores del Mesolítico ibérico, algo de lo que de momento no se dispone, pero que más pronto que tarde tendremos, para así constatar o desmentir la hipótesis planteada.


Lecturas complementarias:

Botigué LR, Henn BM, […] Bustamante CD. 2013. Gene flow from North Africa contributes to differential human genetic diversity in Southern Europe. PNAS 110: 11791–11796

Cerezo M, Achilli A, […] Salas A. 2012. Reconstructing ancient mitochondrial DNA links between Africa and Europe. Genome Research 22:821–826

Fregel R, Méndez FL, […], Bustamante CD. 2018. Ancient genomes from North Africa evidence prehistoric migrations to the Maghreb from both the Levant and Europe. PNAS 115:6774–6779

González-Fortes G, Jones ER, […] Hofreiter M. 2017. Paleogenomics evidence for Multi-generational mixing between Neolithic farmers and Mesolithic hunter-gatherers in the lower Danube basin. Current Biology 27:1801–1810

González-Fortes G, Tassi F, […] Barbujani G. 2019. A western route of prehistoric human migration from Africa into the Iberian Peninsula. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 286: 23-01-2019

González-Muñoz F. 2018. Un perfil para el autor de la Crónica Mozárabe de 754. Collectanea Christiana Orientalia 15:31–48

Jiménez Vialás H. 2018. Los paisajes que encontró Tariq. La bahía de Algeciras entre los siglos III y VIII. Lvcentum XXXVII:251–269

Martínez-Sánchez RM, Vera-Rodríguez JC, […] Bokbot Y. 2018. The beginning of the Neolithic in northwestern Morocco. Quaternary International 470:485–496

Martiniano R, Cassidy LM, […] Bradley DG. 2017. The population genomics of archeological transition in west Iberia: investigation of ancient substructure using imputation and haplotype-based methods. PlosGenetics 1006852

Linstädter J, Medved I, […] Weniger GC. 2012. Neolithisation process within the Alboran territory: models and possible African impact. Quaternary International 274:219–232

van de Loosdrecht, Bouzouggar A, […] Krause J. 2018. Pleistocene North African genomes link Near Eastern and sub-Saharan African human populations. Science 360: 548–552

Pardiñas AF, Martínez JL, […] López B. 2014. Over the Sands and far away: Interpreting an Iberian mitochondrial with ancient Western African origins. American Journal of Human Biology 26: 777–783

Rhouda T, Martínez-Redonde D, […] Ruiz-Pesini E. 2009. Moroccan mitochondrial genetic background suggest prehistoric human migrations across the Gibraltar Strait. Mitochondrion 9:402–407

Sánchez MC, Espejo FJJ, […] Bicho NF. 2012. The Mesolithic-Neolithic transition in Southern Iberia. Quaternary Research 77:221–234

Valdiosera C, Günther T, […] Jakobsson M. 2018. Four millennia of Iberian bimolecular prehistory illustrate the impact of prehistoric migrations at the far end of Eurasia. PNAS 115: 3428–3433

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